Y un arcoiris de felicidad recorre mi ser. Sé que no debería ser así, que mi felicidad debe depender única y exclusivamente de mi ser, pero el sueño de tu alcoba ha sido la mejor enfermera para mi maltrecha armonía. Los días como éste deberían durar eternamente, pero por desgracia los buenos momentos pasan volando haciendo que cuando volvamos a tierra los veamos allí arriba deseando volver a alcanzarlos, deseando lo que el ser humano ha deseado desde sus orígenes, poder volar hacia la felicidad.
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