sábado, 27 de julio de 2013

La enfermedad amorosa

Bendita enfermedad esta del amor sin cura, píldoras mágicas ni prescripción médica. De la que uno se contagia en el momento inimaginado, de duración variable -con casos en los que uno nunca se recupera- y de rehabilitación dura.
Remueve, reestructura, desestabiliza y remodela nuestro yo. Truca la balanza de nuestros juicios. Intermedia en creencias, asunciones …
Edulcorante inductor de las más febriles locuras, dicotomías, pensamientos y sentimientos contrapuestos. Apertura y aceptación a la vulnerabilidad, al ser heridos, a sentirnos un poquito más frágiles evitando volverse demandantes dependientes.

Curioso tema para un manual de psicología, roca golpeante en pensamientos de filósofos,  caso para la neurociencia y quizás sociología.

By Anticronista

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