martes, 30 de julio de 2013

24 son muchas horas para volverte a ver

Fragmentos de una noche sin luna ni estrellas.

Me he quedado vacío

su fragancia y su risa, que hasta hace un ratito inundaban mi cuarto se van desvaneciendo

Y alucino imaginando, que si pongo mucho cuidado, puedo escuchar perdidos ecos de su aun viva voz atrapados entre estos muros. Y los rebusco en silencio como melodía que se resiste a mostrarse al compositor. Desvarío con que alguno quedase atrapado entre las sábanas, y esta noche, antes de abandonarme al desensueño sin su cuerpo, me susurrase: te deseo

Acaricio mi nuca y mi mejilla, creyendo, que con mis dedos aun podré recuperar el aroma y el néctar que sus besos olvidaron en mi piel para que esta noche no duerma con el corazón frío. Esta boca, insaciable del sabor de su ser y su saliva, ha iniciado una estricta huelga de celo. Ningún alimento igualaría el paladar en su cielo. En cómo la devoraría esta noche se pierden sus anhelos.

Huérfanos sin los suyos quedarán mis pies de madrugada. Tristes en ausencia de los cálidos abrazos en los que tanto les gusta entremezclarse en ti. Y mis manos… las pobres, protestan de nuevo. No se aguantan más otra noche sin la suavidad de su pecho. Dormir en él, sentir la música de su palpitar en sus propias yemas es el mejor baile al que jamás han sido invitados. La almohada siempre renqueó en esta danza.

Me rodeó la oscuridad, la ausencia de su luz me sumió en sobresaltado desvelo. Mis pupilas, incapaces de captar imagen alguna que no pinte su color, irremediablemente se rinden al blanco y negro.


y en esta noche, la misma oscuridad que me acompaña, supongo que también lo hará con ella, y sus miedos y mis miedos serán los mismos… diría que únicos… y hasta puede que dirigidos por un mismo corazón decapitado en el espacio entre nuestro lecho.

by Anticronista G.

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