viernes, 13 de enero de 2012

Fragmento de un cuento que me ha gustado mucho.

Leandro:
"Leandro era un joven enamoradizo. Siempre estaba enamorado, y una consecuencia lógica de ello era que continuamente se estaba también desenamorando. A veces se enamoraba varias ocasiones en un mismo día, pero a él le daba igual. Tenía corazón para eso y para mucho más. Otra consecuencia de su enamoramiento continuo eran los rechazos y desengaños. También esto le daba igual; para los primeros, siempre quedaba la opción de enamorarse de nuevo, y para los segundos... Para los desengaños, Leandro tenía la opinión de no ser nunca tales, pues en cada brizna de amor quedaba siempre un minúsculo grano de polen que podría hacerlo germinar en cualquier otro momento. Cosas tangibles, cosas abstractas, objetos, ideas, naturaleza, artificio... nada escapaba a la mirada enamorada de Leandro, ni siquiera las personas. No; definitivamente, no era un joven inadaptado, ni siquiera para el complicado mundo post adolescente en el que vivía."

El Sr. Blanco:
No tenía muchos amigos, en parte porque la vida le había enseñado que muy pocas personas merecen ese calificativo, y en parte porque la vida misma se había en cargado de devolverlos a todos al polvo del que procedían. Aún así, el señor Blanco era amigo de sus amigos, de los pocos que tenía, y gozaba de su compañía y de sus ausencias. Lo que sí tenía el señor Blanco era multitud de conocidos. Los tenía de todas las edades, de todas las razas, de diferentes nacionalidades...  
Autor: Jose Manuel Reina Garnacho

Fuente: http://josemanuelreina.blogspot.com/

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