viernes, 24 de mayo de 2013

Metílicas reflexiones

El tiempo es el único que nos marca cual res y nos deja escapar para volver a marcarnos de nuevo cuando menos lo esperamos. Y digo esto porque realmente no somos conscientes del paso rápido y firme de la cuenta atrás. De lo que dejamos atrás, de lo que nos queda por vivir, y lo más importante…  que no somos más que polvo -de estrella apuntarán algunos-  renovado, reestructurado en enlaces químicos, conexiones bioléctricas… que un día al polvo volverá, y que nadie atina a explicar cuan día tomamos eso que sin equivocarme atinaría a llamar “subjetiva consciencia de la realidad” para pasar a creernos entes que vivimos una vida intentando controlar la realidad que irremediablemente se nos escapa unos pasos más adelante.  TIC TAC, TIC TAC. Mientras escribo esto y tú lo lees seguro que no somos conscientes que la cuenta atrás continúa su marcha. Que lo que un día dejamos de hacer quedará perdido en otros mundos, universos o realidades. Que no hay dos días iguales por más que las circunstancias sean las mismas… y que mientras seguimos en esta espiral de intento de autocomprensión, el tiempo fluye, como un río, y como bien apuntó Machado en su día, en cualquier momento llegaremos al mar. Que cualquier decisión que tomamos hastía nuestra vida entre lo que pudo y lo que es. Y mientras no cesa el tic,tac,tic,tac… No atinamos a pensar que no hace tanto tiempo nuestro padres se encontraban en la misma encrucijada de vida en la que nosotros nos encontramos, y que en menos que un gallo canta, llegaremos a esa misma meta vital.
Y podremos devanarnos la cabeza, pensar y filosofar, creer atinar en cual es el sentido de la vida, de dónde somos, determinismo, indeterminismo, razón, espíritu… y ¿para qué? ¿Qué ganaríamos si tuviésemos la capacidad de responder a esas preguntas? ¿acaso haría este camino menos pedregoso? ¿podríamos evitar los baches a los que todos hemos sido injustamente predestinados a tropezar? Pues NO. Porque si piensas un poco, vivir es equivocarse, es luchar por una esperanza muerta, una meta perdida, un camino con origen y destino incierto, pero cierto destino a su vez. Y para nada nos sirve compararnos, medirnos o igualarnos. Somos como las burbujas de un vaso de cerveza. Unas más grandes, con más o menos gas, con menor o mayor velocidad de ascenso, pero todas siguiendo un mismo patrón de ascenso hasta una superficie que nos explotará. Habrá burbujas que se dividan dando lugar a otras burbujas, otras que se unirán para ascender como tan sólo una, pero cualquiera de las posibles combinaciones, todas alcanzarán el mismo cielo. Por eso el día que no recuerdes, que no aprendas como consecuencia de una equivocación, que no compartas y crezcas… será como ese boleto de la quiniela que desprecias a la basura por no haber sido premiado. E incierto no es que la vida es una lotería presa del azar, pero al menos a mí, a día de hoy, me gustaría poder tener a buen resguardo cada uno de esos boletos que aposté, y aunque no fueron premiados, en su momento representaron una gran ilusión.
Y otras generaciones, cuerpos, mentes… con sus inquietudes e ilusiones volverán a pisar la misma tierra que hoy nosotros pisamos. Volverán a reconstruir entre las ruinas que dejamos. Moldearán y volverán a jugar, volverán a apostar por esto que llaman vida y de la que todos salimos como perdedores porque no existe ningún premio que reclamar. Y así continuará el bucle de la vida. Personas que reemplazarán el papel que otros dejaron en esta pantomima de teatro que gira, y gira, y gira… y no se marea, y no se detiene. Nunca para la rueda.

Y en el fondo nuestra vida es así. Por más que creamos que sabemos, siempre podremos volver a tropezar. Por más que el camino nos resulte familiar siempre habrá bifurcaciones que nos confundirán, piedritas que a sorprendernos volverán y caminos cortados que nos atajarán. ¿Y quién sabría decirme qué es la vida?

by Anticronista Gutiérrez.

lunes, 20 de mayo de 2013

Así como te sueño esta noche


Entras en mi imaginación y me pierdo
se queda el tiempo a tu merced rendido…
me ausentas sin desearlo ni saberlo
y me das el cobijo de tu cielo prohibido

Aun no sé si al alba te soñé despierto,
o sin tu sonrisa he malvivido dormido

Y brotas de mi ser en palabras que te buscan
sentimientos presos en este castillo sin llave
si en mis noches tu brisa ladrona me limpia de bruma
provocando a mi boca y dejando que estalle

Pensamientos, ¡no quiero que de su recuerdo huyan!
mientras la vida no se extinga y al fin ya me calle. 

by Anticronista Gutiérrez

lunes, 13 de mayo de 2013

Brisa caprichosa.

Leve y frágil pasajero de tiempo
de sencillo viaje; sin balijas, sin destino...
rieles que parten de estación Tormento
colmado en espacios de ausencia vacíos.

Como suave brisa que acompaña al viento
no tengo prisa, no existe camino...
anhelo caricias, enredarme en tu pelo
rozar tus labios susurrando a tu oído:

- Y si no hay presente que se conjugue ahora y contigo
no quiero seguir más el camino del viento.

- Quiero ser libre y a la vez tu cautivo.

Quiero que me exhales, que me respires...
que me vacíes de oxígeno por castigo.
morir si es preciso consumido en tu aliento
y ganar de nuevo el cielo; a tu boca rendido.

Dejar de ser brisa, convertirme en viento
atacar con tormenta tus campos marchitos
huracán que tumbe mil prisiones de hielo
y sonido que como el trueno alcance tu oído:


- Y si no hay presente que se conjugue ahora y contigo
no quiero seguir más el camino del viento.

- Quiero ser libre y a la vez tu cautivo.

de: Anticronista Gutiérrez.